La ginebra es una bebida espirituosa que debe su carácter distintivo y complejidad a los botánicos que se utilizan en su producción. Estos ingredientes naturales son los que infunden el sabor y aroma únicos en cada marca de ginebra, convirtiéndola en mucho más que un simple destilado alcohólico.
El enebro es el corazón de cualquier ginebra, un requisito no solo tradicional sino legal para que un destilado pueda llamarse así. Estas bayas aportan el sabor a pino y el toque de especias que la mayoría de las personas asocian con la ginebra. Sin embargo, la variedad de botánicos no se detiene ahí:
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Cítricos: Cáscaras de limón, naranja, pomelo y bergamota son comúnmente utilizadas para agregar notas frescas y vibrantes.
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Especias: Semillas de cilantro, raíz de angélica, cardamomo, canela y granos de paraíso aportan complejidad y profundidad al perfil de sabor.
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Hierbas: Lavanda, salvia, manzanilla y una variedad de hierbas locales pueden ser incorporadas para crear sabores herbales y florales sutiles o pronunciados.
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Flores: La violeta, la rosa y el saúco son ejemplos de flores que pueden ser utilizadas para impartir un aroma dulce y delicado.
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Raíces: La regaliz y el orris (raíz de lirio) a menudo se incluyen para proporcionar una base terrosa y ayudar a armonizar los sabores de otros botánicos.
El arte de seleccionar y equilibrar estos botánicos es lo que diferencia a una marca de ginebra de otra. La destilación cuidadosa de estos ingredientes permite que sus aceites esenciales y esencias se infundan en el alcohol, creando una gama de sabores y aromas que pueden ser suaves y sutiles o audazmente aromáticos.