El proceso de destilación de la ginebra: un equilibrio entre arte y ciencia
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La ginebra, con su compleja gama de sabores y aromas, es el resultado de un meticuloso proceso de destilación. Si bien puede parecer una tarea sencilla mezclar alcohol con botánicos, la realidad es que cada paso del proceso es crucial para obtener un producto final de alta calidad.
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Selección de la base alcohólica: Todo comienza con un alcohol base, que suele ser de grano. Es esencial que este alcohol sea neutral, sin impurezas, para que los sabores de los botánicos destaquen.
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Macado de botánicos: Antes de la destilación, los botánicos como el enebro, cítricos, especias y hierbas, se macan en el alcohol base. Dependiendo de la receta y el tipo de ginebra, esta maceración puede durar desde unas horas hasta varios días.
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Destilación: Una vez macados los botánicos, el líquido se destila en alambiques, que pueden ser de cobre o acero inoxidable. Durante este proceso, el alcohol se calienta y los vapores que se generan pasan a través de una columna de destilación. Los componentes se separan según su punto de ebullición, lo que permite a los destiladores seleccionar solo los sabores y aromas deseados.
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Corte: No todos los vapores producidos durante la destilación son deseables. El principio (las primeras partes que destilan) y el final (las últimas partes) suelen descartarse, mientras que el corazón, que contiene los mejores aromas y sabores, se conserva.
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Dilución: La ginebra destilada tiene un alto contenido de alcohol, por lo que se diluye con agua para alcanzar el porcentaje de alcohol deseado en el producto final.
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Embotellado: Una vez alcanzado el perfil de sabor y el contenido de alcohol deseado, la ginebra está lista para ser embotellada y disfrutada.